Fue un 31 de enero a última hora de la noche cuando el Centro Nacional de Microbiología confirmó el primer caso de coronavirus en España, el de un turista alemán en la isla canaria de La Gomera; desde entonces comenzó a dibujarse una dramática espiral de la que parece verse el fin con las ansiadas vacunas.
Justo un mes antes de esa fecha, las autoridades de la ciudad china de Wuhan habían informado de 27 casos de una neumonía desconocida tras haber visitado el mercado de animales vivos de esa localidad y pocos días después se puso nombre al culpable de la infección, el Sars-Cov-2.