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Entidades e instituciones palmeras reciben a las universidades para dialogar sobre la recuperación de la isla

Los consejos de dirección de las universidades canarias fueron recibidos recientemente en la Casa Massieu del Llano de Argual en La Palma por las alcaldías del Valle de Aridane, las consejerías de Participación Ciudadana y Educación del Cabildo Insular y representantes de asociaciones vecinales, plataformas de personas afectadas por el volcán e iniciativas de apoyo ciudadano, así como una representación del Gobierno de Canarias que participa en el proyecto ‘Revivir El Valle’. Allí tuvo lugar un importante ejercicio de escucha en relación con las claves del proceso de recuperación de la comarca y el futuro de la isla.

Tanto el rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Lluís Serra Majem, como la rectora de la Universidad de La Laguna, Rosa Aguilar Chinea, expresaron su agradecimiento por la oportunidad a de conocer de primera mano la actual realidad del Valle de Aridane a través del testimonio de personas con diversas responsabilidades institucionales y ciudadanas, resaltando el valor del encuentro y el reto que supone afrontar una compleja reconstrucción tanto en lo material como en lo emocional. “Nos vamos más concienciados y por lo tanto más responsabilizados”, dijeron.

El trabajo iniciado por la mañana en la Casa Massieu continuó por la tarde con una visita de los consejos de dirección a la Montaña de La Laguna, mirador privilegiado desde donde pudieron conocer los detalles del proceso eruptivo. También se compartió la experiencia en la gestión de la emergencia y lo que está suponiendo el regreso de las familias que mantienen sus domicilios en barrios de la comarca.

Los alcaldes y la alcaldesa de los municipios del Valle de Aridane compartieron la idea de que la erupción volcánica debe suponer en el plazo más breve posible una oportunidad para la comarca y la isla en su conjunto, “sacando provecho de la desgracia”, incluso convirtiendo La Palma en una referencia de cómo su población se ha enfrentado a una situación de enorme adversidad superándola. Esto pasa por resolver con prontitud los aspectos más lesivos del proceso, relacionados con la pérdida de hogares y de la vida comunitaria, la fractura de las comunicaciones y sus efectos en la movilidad, la incidencia en la actividad económica de la comarca, el daño emocional de la catástrofe, etc.

También se refirieron a determinados aspectos que generan incertidumbre, como el éxodo de habitantes con sus consecuencias en la vertiente sociodemográfica, particularmente si implica a la juventud del Valle. Por ese motivo, es fundamental resolver los problemas del primer momento, sobre todo de carácter socio-asistencial. Aun así, no se puede dejar de lado mirar hacia el horizonte, porque está en juego el futuro de muchas personas, familias, empresas, barrios enteros, etc. “El camino andado nos debe dejar en mejores condiciones, lo contrario sería un fracaso”, señalan.

Para eso se requiere mucho talento, que ayude, por una parte, a superar las dificultades, y por otra, a concretar las oportunidades que pueden ir surgiendo. En ese proceso plantean que serán importantes las universidades públicas canarias, tanto para fortalecer la presencia de la ciencia en la isla, aprovechando por ejemplo el hecho volcánico, como para definir e impulsar los proyectos que La Palma necesita desde hace tiempo.

Se demanda mantener los esfuerzos centrados en La Palma, abriendo una etapa de mayor protagonismo de las islas no capitalinas del archipiélago, “para dar respuestas eficaces en los tiempos que se necesitan”. Todo esto pasa además por mantener un discurso único, reflexionando antes para determinar el camino más adecuado en cada caso, conscientes de la importancia de las ideas, de las ideas rentables, así como de la planificación para consolidar un modelo económico diversificado, diferenciado y circular, “que explote el daño”.

Soluciones participadas y unidad de acción

El requerimiento de generar certidumbres en la población es una de las demandas primordiales que comparten las entidades sociales del Valle de Aridane, evitando conflictos y enfrentamientos derivados de protagonismos irrelevantes. Se solicita, por lo tanto, alentar procesos que enfaticen lo colectivo frente a lo individual, sin dejar de atender las necesidades básicas de las personas afectadas, que les permita “gestionar adecuadamente su día a día en el marco de una situación compleja, dura y costosa”.

“Poner cabeza en la reconstrucción, pero también corazón”, reclaman las personas que representan a la ciudadanía, por la dimensión de los efectos del proceso volcánico en todas las dimensiones de la realidad comarcal e insular, incluida la emocional. En este sentido, se aboga por primar la vuelta a los barrios destruidos en la medida de las posibilidades, faceta en la que pueden ser claves las universidades públicas canarias. Un regreso que aporte todas las mejoras posibles, aunque conservando la idiosincrasia de los lugares afectados.

Las entidades sociales expresan que es preciso definir una estrategia o proyecto colectivo, cuyo fin último sea garantizar que las personas no se vean obligadas a abandonar la isla por falta de oportunidades, e incluso, que las que se han marchado tras el volcán puedan regresar a los lugares en que idearon su proyecto de vida. En este sentido, las personas jóvenes serán esenciales en un proceso que se a

Implicar a las universidades

La capacitación a todos los niveles serán aspectos esenciales para construir un futuro mejor para todas las personas residentes en La Palma, subrayaron las participantes en el encuentro. Un horizonte que debe estar asimismo inspirado en las ideas de sostenibilidad que fijan la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Más concretamente, las alcaldías del Valle propusieron a los rectorados la constitución de un grupo de trabajo entre universidades y ayuntamientos, que se reúna con la mayor brevedad posible para consolidar la relación y explorar posibles colaboraciones.

Por su parte, las entidades sociales formularon un amplio panel de propuestas, siempre con la convicción de que las personas afectadas deben ocupar el centro de la acción política, técnica y la que se impulsa desde el propio contexto social. Las respuestas básicas más inmediatas en cuanto a soluciones habitacionales, medios de vida, apoyo psicológico, ayudas al estudio, entre otras, deben conjugarse con iniciativas más estructurales y una mirada a medio y largo plazo. Atención preferente tienen las personas más jóvenes y su atención y vinculación con el proceso de recuperación, facilitando su permanencia o conexión con la isla cuando se encuentren fuera de ella.

Según las personas que representan el tejido asociativo del Valle, las universidades pueden desempeñar un papel relevante en la aportación del conocimiento necesario para enfrentar una recuperación que se desea viable y sostenible en lo concerniente a la reconstrucción sobre la lava, la edificación residencial manteniendo la esencia de la comarca, el restablecimiento de las actividades agrícolas, comerciales y turísticas dañadas, el desempeño de las personas autónomas, etc. También pueden colaborar en la búsqueda de adecuadas fórmulas e instrumentos para gestionar de manera adecuada dicho proceso, realizar diversos estudios útiles, revisar los proyectos diseñados o participar en el diseño de estrategias.

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