El renombrado pastelero Christian Escribà, heredero de una de las pastelerías más icónicas de Barcelona con más de 120 años de historia, participó en la XI edición de Saborea Lanzarote. Durante su ponencia, Escribà compartió reflexiones sobre el arte de mantener vivo un legado familiar, su conexión especial con Lanzarote y su constante búsqueda de innovación en el mundo de la pastelería.
Un legado familiar que perdura
«Cada empresa tiene un fin, una misión, un objetivo, y el nuestro, después de 120 años y con una quinta generación que ya está en marcha con mi hijo Pol, es que dure muchos más», comentó Escribà con orgullo. La continuidad de su negocio familiar no solo es motivo de satisfacción personal, sino también un reto en un mundo que evoluciona rápidamente.
Escribà enfatizó la importancia de encontrar un equilibrio entre el respeto por la historia y la tradición, y la capacidad de adaptarse a los cambios: «Hoy en día las empresas que perduran son las que mejor se adaptan. Es un trabajo camaleónico, porque los cambios son cada vez más rápidos». Además de mantenerse al día con las tendencias, subrayó que su misión no se limita a seguirlas, sino también a crearlas, una filosofía que ha hecho de su pastelería un referente en el mundo dulce.
Lanzarote y su inspiración dulce
Escribà confesó su admiración por Lanzarote, destacando la relación especial que tiene con la isla desde hace años. «La primera motivación para estar aquí es el cariño y la admiración que tengo por esta isla», expresó. Además, señaló que su participación en Saborea Lanzarote, organizada por el grupo GSR, fue una oportunidad para devolver algo de todo lo que ha recibido en sus visitas anteriores.
Aunque reconoció que no ha tenido ocasión de profundizar en la tradición dulce de Lanzarote, hizo referencia al potencial que ofrecen las Islas Canarias en general, destacando ingredientes como el plátano. «En la lava volcánica comestible que creamos para recaudar fondos para el volcán de Cumbre Vieja en La Palma, añadimos aroma de plátano», explicó, dejando claro cómo la inspiración puede surgir de elementos locales y conectar con causas importantes.
Una conexión entre tradición e innovación
La presencia de Christian Escribà en el XI Festival Saborea Lanzarote subrayó el valor de combinar tradición, creatividad y compromiso social. Durante su ponencia, no solo compartió su experiencia como embajador de un legado dulce de más de un siglo, sino también su capacidad para innovar y adaptar su arte a las demandas del presente.
«Es un honor estar en Lanzarote y formar parte de un evento tan especial como Saborea Lanzarote», afirmó Escribà. Con su participación, no solo aportó su conocimiento técnico, sino también una visión inspiradora sobre cómo las empresas pueden mantenerse relevantes a través de los años, creando experiencias únicas que trascienden generaciones.
Christian Escribà es más que un maestro pastelero; es un ejemplo de cómo la tradición y la innovación pueden converger para construir un legado. Su participación en Saborea Lanzarote no solo dejó un dulce sabor de boca, sino también un recordatorio de la importancia de adaptarse y de aportar valor desde el corazón, tanto a través de la gastronomía como del compromiso con las comunidades que inspiran su trabajo.